Pocas cosas me han apasionado tanto como la psicología de la seducción. Seguramente fue culpa de mi pobre éxito sentimental durante mi juventud, pero siempre he tenido curiosidad por entender los mecanismos que provocan que una persona sienta atracción por otra, o no sienta nada en absoluto. Después de mucha perseverancia y práctica, logré volverme relativamente bueno en esto. ¡Incluso ejercí como instructor en la empresa líder en España en habilidades de seducción! Me pagaban por enseñar a vencer la timidez y conectar con las personas que nos atraen, e incorporé conceptos de la psicología social que no se habían usado