Las empresas tecnológicas están ante uno de sus principales retos: tributar por sus ganancias en todos los territorios donde generan utilidades. República Dominicana, que habrá de abocarse a la discusión de un pacto fiscal, está en la obligación de poner el tema en agenda y, al mismo tiempo, ponerse a tono con lo que hacen otros países, especialmente los del exclusivo G-7.